Yo
tenía año y medio cuando mis padres vinieron a Zaragoza en 1954. Con el sueldo
de mi padre no podían pagar el alquiler del piso y tuvieron que compartirlo con
otra familia.
Al cabo de
unos pocos años mi madre quiso poder escuchar la radio en casa, pero no les
llegaba el dinero para tener el aparato. Afortunadamente encontraron otra
opción. Compra a plazos.
La radio en casa estaba conectada a una caja fuerte
en la que tenías que introducir las monedas para ponerlo en marcha. Podía durar
media hora, una dos…. dependiendo del importe que pudieran aportar. (por
ejemplo 2 pesetas, cuatro, seis) Después, automáticamente, se apagaba.
Una vez que en la hucha se había introducido el
dinero del precio total del aparato, ya era nuestro.
Fue una de las mejores inversiones en nuestro
desarrollo humano.
Gracias, Cadena Ser, por ser así.
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